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República Dominicana se ha trazado la meta, a mediano plazo, de alcanzar la calificación de grado de inversión. Todo indica que el país cumple, sino con todo, con la mayoría de las variables a tomar en cuenta para entrar al exclusivo club que forman algunos países en América Latina.
Hay coincidencias en que los mercados de capitales reflejan indicadores de riesgo que muestran de forma implícita una calificación de grado de inversión. La estabilidad política, institucional, social y económica con baja inflación resaltan entre estas variables.
Todo indica que República Dominicana ha tenido éxito en el trayecto. Ha logrado mantener la estabilidad económica, pues muestra un crecimiento sostenido y una inflación controlada. Por ejemplo, República Dominicana ha mantenido un crecimiento promedio del 5% anual y una inflación en torno al 4%, que es la meta ideal.
En su cuanto a la situación fiscal, el país ha probado tener finanzas públicas saludables, con un déficit fiscal bajo, de alrededor de un 3% del PIB, y una deuda pública manejable, aunque, hay que admitirlo, preocupa por el lado de la limitada capacidad de pagos.
Aquí entra en la palestra la necesidad de incluir una reforma fiscal integral que incremente los ingresos tributarios y establezca límites sobre la deuda pública a largo plazo.
Respecto a la política monetaria es de orden afirmar que ha sido efectiva en su objetivo de mantener la estabilidad de precios y fomentar la confianza de los inversionistas.
Como Estado, hay un sistema democrático cada vez más fuerte con una mejoría en la gobernanza y la eficiencia de las instituciones públicas.
Aquí se incluye, por supuesto, garantía jurídica y reducción de las ineficiencias en sectores clave como el eléctrico. Éste último, el grato para las finanzas públicas. La mejoría de la clasificación de riesgo de parte de las agencias, como antesala a lo que habrá de suceder, se convierte en un indicativo que ofrece certidumbre sobre lo que esperan los inversionistas internacionales de la economía dominicana. Todo se resume, por supuesto, en confianza.
Como colofón, República Dominicana ha logrado desarrollar infraestructura de calidad que apoyan el crecimiento económico, impactando la competitividad de la economía. Ha habido mejoría en los indicadores de desarrollo humano, especialmente en salud y educación. Hay un tema pendiente: la reforma fiscal.
