La humanidad está hoy inmersa en una Cuarta Revolución Industrial.
La Primera fue la de la agricultura, hará unos 10 mil años, como lo explica “Harari” (De animales a dioses). La Segunda, con la mecanización industrial, hace 200 años, según bien lo describieron “Karl Marx y Frederick Engels” en su Manifiesto, (…del Partido Comunista, 1848). La Tercera, la de la Tecnología de la Información y Comunicación TIC, cumple apenas 45 años y, La Cuarta y última, que irrumpió en el 2012, con el advenimiento de la digitalización avanzada, la robótica y la Inteligencia Artificial.
Esta constatación le permitió al empresario y economista alemán, Klaus Schwab, quien es el Presidente del Foro Económico Mundial (FORO DE DAVOS) inferir y proclamar en 2016, que como consecuencia de este nuevo paradigma, estaba naciendo la Industria 4.0, o Cuarta revolución Industrial Esta irrupción emergió en toda su crudeza con ingentes cambios, en lo referente al empleo tradicional en el naciente mundo de la Robótica, el metaverso, la mecatrónica, el Cloud Computing o Computación en La Nube, la Ciberseguridad, el Internet de las Cosas (IdC) y el Chat GPT en los que está formando inextricable parte, la Inteligencia Artificia,l y los consecuentes nutridos debates sobre ¿qué sucedería en lo adelante con el empleo tradicional, de qué vivirán los mecánicos y los choferes, los obreros y trabajadores de labores de producción repetitivas, los contadores y los abogados, maestros y hasta, un amplio número de médicos, periodistas, y otros profesionales, cuando pueden ser sustituidos por un Software inteligente?
Según los economistas de Davos esta Cuarta Revolución provocará la pérdida de al menos 90 millones de empleos en el mundo, que serán suplidos por robots manipulados con el recurso de la IA. Esa es sin duda una preocupante mala noticia.
No obstante, la buena noticia, que podemos llamar el evangelio de esta Cuarta Revolución, es que la misma propiciara la creación de 140 millones de nuevos empleos: los empleos del futuro.
Estos empleos del futuro se crearán a partir de la emergencia de la economía naranja, que es la industria de la creatividad y generación de ideas y conocimiento y la economía verde, que busca mejorar el bienestar social y humano, al mismo tiempo que reduce los riesgos ambientales y consiste en actividades blandas que tributarán salarios decentes, con empleos de calidad. También, como parte de la economía verde, florecerá la industria circular o de reciclaje, que consiste en reutilizar, reducir y transformar en materia aprovechable, toda la basura, detritos y sobrantes, que produce la humanidad en su quehacer industrial y en su cotidianidad. Es el concepto revolucionario de convertir basura en recursos.
Por supuesto que, para ocupar los empleos del futuro, que ya se han vuelto presentes, se requieren nuevas competencias técnico profesionales. Este es el papel que corresponde a las academias de la Formación Técnico Profesional, FTP.
Es necesario reentrenar, reconvertir las formaciones, para adaptarlas a las nuevas cambiantes necesidades de los productores de bienes y servicios, de abreviar la currícula y acceder a las capacitaciones cortas a través de diplomados y cursos especiales para ensenar a crear, usar y transmitir conocimiento con el recurso de las micro credenciales y las micro certificaciones, sin descuidar el componente de formación humana en valores.
Si en nuestro país transitamos esa ruta, seremos beneficiarios y no víctimas, de la Cuarta Revolución Industrial y navegaremos con viento favorable en las aguas procelosas del mundo del trabajo, hacia los puertos seguros del futuro del empleo y los empleos del futuro.