La economía dominicana enfrenta un dilema complejo: el país necesita crecer, pero las condiciones para estimular ese crecimiento están limitadas por la necesidad de mantener controlada la inflación. ¡Qué vaina!
Las autoridades monetarias, en su esfuerzo por evitar que los precios se disparen, han mantenido altas las tasas de interés, lo que encarece el crédito y frena la inversión y el consumo. ¡Otra vaina! Este círculo vicioso de baja expansión económica por políticas restrictivas que, a su vez, son necesarias para evitar desequilibrios mayores, pone a prueba la capacidad de maniobra del Estado.
¡Vainas! La estabilidad de precios es crucial, pero también lo es generar empleo. El reto está en encontrar un equilibrio que permita contener la inflación sin asfixiar el crecimiento, Es vital que las decisiones económicas estén acompañadas de políticas fiscales inteligentes.
Tomado de El Dinero