Sin embargo, en República Dominicana, el Régimen Simplificado de Tributación (RST) ha fracasado en reducir la economía informal. A pesar de simplificar algunos aspectos fiscales, el RST no aborda las barreras estructurales que mantienen a muchos negocios en la informalidad, y la carga administrativa sigue siendo significativa. La falta de incentivos claros y los costos burocráticos desincentivan a los pequeños empresarios a registrarse en el sistema. Es urgente implementar un sistema más inclusivo y accesible.
Por otro lado, el monotributo, implementado en varios países de América Latina, como Argentina desde 1998, busca simplificar las obligaciones fiscales para los pequeños contribuyentes. Inspirado en el régimen “Simples” de Brasil, facilita el acceso de trabajadores independientes y pequeños comerciantes al sistema tributario y de seguridad social, reduciendo la evasión y aumentando la recaudación tributaria.
El monotributo está diseñado para pequeños contribuyentes, incluyendo trabajadores independientes, comerciantes minoristas, artesanos y microempresarios, cuyos ingresos brutos anuales no superen ciertos límites establecidos por la ley y ajustados anualmente por la inflación.
Estos límites pueden variar según el país y ajustarse periódicamente para reflejar cambios económicos. En consecuencia, podrán acogerse al monotributo aquellos contribuyentes que cumplan con estos criterios y que operen en la economía informal o bien deseen cumplir con sus obligaciones fiscales sin tener que costear la complejidad del sistema tributario vigente.
Por otra parte, permite cumplir con sus obligaciones fiscales y de la Seguridad Social a través de un pago único integrado y mensual, reduciendo la carga administrativa y los costos de cumplimiento. Además, combina el pago del impuesto sobre la renta (ISR), el impuesto al valor agregado (IVA) -que en República Dominicana es el impuesto a la transferencia de bienes industrializados y servicios (ITBIS)-, y el aporte a la Seguridad Social, facilitando así el cumplimiento de esas obligaciones.
Adicionalmente, el monotributo se establece mediante una ley que define sus características, condiciones y procedimientos, buscando simplificar el régimen tributario y fomentar la formalización de la economía. En un único pago, el monotributo cubre tres componentes principales: 1) un impuesto integrado que sustituye varios impuestos como el ISR y el ITBIS; 2) un aporte previsional para asegurar el acceso a jubilaciones y pensiones; y 3) un aporte para acceder a un seguro médico. Estos componentes buscan simplificar el proceso tributario y proporcionar beneficios de seguridad social a los contribuyentes.
Para adherirse al monotributo, los contribuyentes deberán cumplir con ciertas condiciones tales como: 1) no superar un umbral de ingresos brutos anuales; 2) no emplear más de una cantidad específica de trabajadores; y 3) realizar actividades económicas permitidas por el régimen. Estas condiciones aseguran que solo los pequeños contribuyentes puedan acceder a este régimen.
En países donde ha funcionado el monotributo, como Argentina, Uruguay, Brasil y Paraguay, la categorización se realiza según los ingresos brutos anuales y otras variables. Estos países han tenido éxito en aumentar la formalización y la recaudación tributaria, además de proporcionar acceso a la seguridad social.
En Argentina, el monotributo, introducido en 1998, ha sido una herramienta clave para la formalización de la economía y la inclusión social. Este sistema ha evolucionado para adaptarse a las necesidades cambiantes del país, logrando un aumento significativo en el número de contribuyentes inscritos, alcanzando el objetivo inicial de más de 2.7 millones en 2013 e incrementando constantemente cada año. Ha mejorado el acceso a la seguridad social para muchos trabajadores independientes, contribuyendo a la reducción de la informalidad y mejorando la calidad de vida de esos trabajadores.
De manera similar, Brasil implementó el régimen “Simples” en 1996 y el microemprendedor individual (MEI) en 2008, ambos con el objetivo de simplificar las obligaciones tributarias de los pequeños contribuyentes. Estos regímenes han tenido éxito en aumentar la formalización y la recaudación, además de proporcionar acceso a la seguridad social. El MEI ha sido particularmente efectivo, permitiendo a millones de microempresarios registrarse formalmente y beneficiarse de un sistema simplificado y de la protección social.
Uruguay ha utilizado su monotributo desde 2001 para pequeños negocios y trabajadores independientes, logrando aumentar la formalización de la economía a pesar de desafíos iniciales. En 2011, introdujo el monotributo social “Mides” para apoyar a personas en situación de vulnerabilidad social. Chile y Paraguay también han adoptado sistemas simplificados que han facilitado el cumplimiento tributario y aumentado la recaudación fiscal.
Varios estudios, incluido el Boletín Trimestral del Mercado Laboral (enero-marzo 2024) del Banco Central, han demostrado que la economía informal en República Dominicana supera el 56%. Basándonos en los resultados positivos obtenidos con la implementación del monotributo en los países anteriormente citados, podemos argumentar que este régimen podría tener efectos favorables en el sistema tributario dominicano.
Al proporcionar beneficios tangibles como acceso a la seguridad social y servicios de salud, este régimen puede atraer a más trabajadores y pequeñas empresas al sistema formal. Según Gómez Sabaini y Morán en “Evasión y equidad en América Latina”, la informalidad en la región se concentra en los establecimientos más pequeños que están menos sujetos a inspecciones laborales y cuya sustentabilidad a menudo depende de no registrar a sus trabajadores. De esta manera, el monotributo no solo promueve la formalización, sino que también fortalece la economía al integrar un mayor número de contribuyentes en el sistema tributario formal.
El monotributo puede contribuir a reducir la evasión tributaria al simplificar el proceso de pago de impuestos y aumentar la transparencia en el sistema fiscal. Al integrar varias obligaciones tributarias en una única cuota mensual, se disminuye la complejidad y se facilita el cumplimiento para los pequeños contribuyentes. Es esencial que las autoridades fiscales implementen mecanismos efectivos de control y monitoreo para asegurar que los contribuyentes no abusen del sistema y cumplan con sus obligaciones.
Además, la formalización de estos contribuyentes no solo aumenta la recaudación, sino que también mejora la equidad en el sistema tributario al asegurar que todos los participantes económicos contribuyan de acuerdo con sus capacidades. La recaudación adicional que se puede obtener con la implementación del monotributo podría ser significativa. Se estima que la recaudación podría aumentar entre un 20% y un 30% en los primeros diez años de implementación.
Esto implica que la recaudación podría incrementarse en varios miles de millones de pesos, dependiendo del nivel de adhesión y la efectividad de la administración del régimen.
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Enoé Domínguez
Enoé Domínguez